martes, 26 de octubre de 2010
Los jefes, de Mario Vargas Llosa
lunes, 18 de octubre de 2010
CONTRADICCIÓN, Por Anabel López de 4ºA
Miraba al techo de su habitación vacía, tumbado en la cama. En su mano, un bolígrafo casi gastado y una hoja de papel arrugada en la que había depositado toda su ira para sacarla algún día, quizá más adelante. Su mente era un cúmulo de pensamientos cargados de odio, rabia y desdén. La daga de los celos lo llevaba acariciando desde hace tiempo, pero jamás pensó que lo llegaría a atravesar de ese modo. Notaba su alma muerta, se sentía como una marioneta. Ella se había llevado todo el aliento que necesitaba para vivir, por ella él dio su vida, la cual perdió aquella noche. Al pensar en eso no pudo evitar que una lágrima brotase de sus ojos. Otra más, al fin y al cabo. Giró la cabeza hacia la ventana que había a su derecha: los pájaros aún cantaban alegres pese al cielo gris que anunciaba tormenta, y el viento hacía rugir las copas de los árboles que azotaban con fiereza la ventana de su habitación. Se levantó de la cama y abrió la ventana, asomándose a ella para notar la fría brisa en su cara. Pero al mirar el horizonte sintió cómo su cuerpo se paralizaba. Sintió que la daga que había hecho de él un muñeco de trapo volvía a clavársele en lo más profundo de su corazón, removiéndole todas las entrañas hasta el punto de notarse vacío, sin vida. Estrujó la hoja de papel que aún seguía en su mano mientras contemplaba aquella escena. Abrazados, caminando por el césped húmedo, alguien le ponía su chaqueta encima al motivo de su existencia. No pudo evitar contemplarlos mientras paseaban, riendo y hablando animadamente. Quiso saltar por su ventana. Su corazón dejó de latir hace tiempo, no tenía miedo a nada. Sabía a lo que se enfrentaba si lo hacía, pero ya no le importaba. Sólo quería que ella supiera lo que había causado, quería que se arrepintiese por haberle arruinado la vida de ese modo. Abatido, enfurecido, volvió a bajar la vista hacia la hoja de papel que tenía en su temblorosa mano. La apretó en su puño, como si la intentase disolver. Al rato la desdobló y releyó lo que había escrito días antes. Su letra, empapada en lágrimas, resultaba un tanto ilegible. Saltaba a la vista que la furia embargaba su corazón en el momento de plasmar sus sentimientos en el papel. Comenzó para sí mismo la lectura. Cada palabra, cada coma, cada punto era para él una aguja más hincándose en su alma.
lunes, 11 de octubre de 2010
Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura 2010
La literatura es una actividad fundamental y de ninguna manera una especialidad. Debe ocupar un lugar importante en las vidas de todas las personas, porque es una fuente de conocimientos y una fuente extraordinaria de placer. Ese es el mensaje que yo traigo a los jóvenes: convencernos de que los libros son importantes porque no hay una diversión que sea más sana, exaltante y estimulante; un buen libro realmente creativo, agudiza nuestra sensibilidad, desarrolla en nosotros un gran sentido crítico y transforma nuestra existencia. Mario Vargas Llosa |
¿Pero quién es y qué ha escrito el ganador del Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa?
Si hay algo que define a Mario Vargas Llosa es su vocación de escritor, y la fidelidad que guardará a ese propósito a lo largo de toda su vida. Una vocación que, como confiesa en sus memorias El pez en el agua (1993), surgió casi como una rebelión contra la autoridad paterna, pero pronto se convirtió en la temprana certidumbre de que su destino iba a estar marcado por el rítmico tableteo de una máquina de escribir.
Nacido en la ciudad peruana de Arequipa, en 1936, Mario Vargas Llosa no conoció a su padre hasta los diez años. Sus padres habían estado separados desde su nacimiento, y el episodio del reencuentro afectaría de forma definitiva el destino de este niño, que no quería cambiar los mimos de su madre por una férrea disciplina. Esta circunstancia le hizo descubrir pronto algo que él mismo suele considerar como segundo gran móvil de su existencia: el ansia de libertad. Años más tarde reflejaría magistralmente esos conflictos en la novela que lo dio a conocer internacionalmente, La ciudad y los perros, con la que obtendría los premios Biblioteca Breve y de la Crítica, en España, durante 1963.
Las primeras experiencias con la escritura llegaron a través de su trabajo como columnista en varios periódicos locales de Lima y de Piura, apenas hubo terminado el colegio. Convencido de que el suyo es el mundo de las palabras, vuelve a Lima para estudiar Letras y Derecho, en la Universidad de San Marcos, en 1953. Escribía ya entonces cuentos con gran inseguridad y mucho esfuerzo -como ha explicado el autor en varias ocasiones- que, justo entonces podría publicar a través de varios periódicos.
Poco después entabla una relación amorosa con su tía política, Julia Urquidi, con quien se casa en 1955, y junto a la que viaja hacia Europa en busca del terreno que consideraba más estimulante para su ya decidida carrera de escritor.
Mencionar estos datos biográficos tiene el interés de que todos ellos han contribuido en gran medida en las tramas, personajes y argumentos de algunas de sus grandes novelas, como La casa verde (1966), ambientada en la atmósfera sórdida y sorprendente alrededor de un burdel de Piura; Conversación en La Catedral (1969), que recrea la opresión de la dictadura de Odría en los ambientes estudiantiles, y La tía Julia y el escribidor (1977), una polémica ficción autobiográfica sobre su primer matrimonio.
Mario Vargas Llosa llegaba a España en 1958 con una beca de estudios. Pero su meta era París, donde se instaló un año después. Tras seis años en esta ciudad y ya separado de Julia Urquidi, Mario Vargas Llosa se casa en Lima con su prima Patricia Llosa, en 1965, y con ella emprende de nuevo el viaje a Europa. París, Londres y Barcelona fueron, hasta 1974, sus lugares de residencia. El autor continúa prefiriendo el anonimato que Londres le procura para proseguir su puntual tarea de escribir.
Vargas Llosa sigue además ejerciendo como crítico literario, columnista de prensa y autor teatral. Algunos de sus más preciados libros en este campo son sus análisis literarios: Gabriel García Márquez: historia de un deicidio (1971), La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary (1975) y Carta de batalla por Tirant lo Blanc (1991); las colecciones de artículos, Contra viento y marea y Desafíos a la libertad (1994), y su libro de memorias El pez en el agua (1993).
En la actualidad , tras su participación como candidato a la presidencia de Perú en 1990, Vargas Llosa se dedica plenamente a la literatura, que compagina eventualmente con los artículos que publica en el periódico El País.
Entre las más importantes distinciones que ha recibido -sólo entre las concedidas a la literatura en lengua española- figuran el premio Rómulo Gallegos (1967), el Príncipe de Asturias (1986), compartido con Rafael Lapesa el Planeta (1993), con la novela Lituma en los Andes, el Cervantes (1994) y, hace escasos días, el Premio Nobel de Literatura (2010).
Nacionalizado español en 1993, Mario Vargas Llosa añade, desde enero de 1996, a su actividad como escritor plural la de miembro de la Real Academia, donde había ingresado con un discurso sobre Azorín. Desde entonces, su presencia en España se hace cada día más habitual.
Algunas de sus novelas más celebradas son: Lituma en los Andes, La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral, o La Fiesta del Chivo. Las tres últimas han sido llevadas al cine con el título original de la novela.
Una web muy completa dedicada al escritor peruano:
Un completo repaso sobre su vida:
www.mundolatino.org/cultura/vargasllosa/vargasllosa_1.htm